El proceso del amor propio
Siempre escuchamos lo bonito, sano y bien que se siente elegirte a ti antes que a otros; lo bonito que se siente pararte frente al espejo y sentir paz, percibir ese inmenso amor al mirarte sin prejuicios.
Pero, nadie habla de lo doloroso que puede llegar a ser amarse así mismo. Como seres humanos estamos mas cómodos y acostumbrados a ver hacia afuera; a señalar y a juzgar, estamos dispuestos a no vernos a nosotros mismos sino a los demás.
Empezar a amarse así mismo, es dejar de mirar hacia afuera para empezar a ver hacia dentro. Al empezar a enfocarte en tu interior, quizá ahí te darás en cuenta del desorden que posees por dentro pero que ignoraste por lo más fácil y cómodo; y es donde debes comenzar a aceptar muchas cosas que al inicio costaran y serán agrias, pero en el proceso será agridulce y terminara siendo algo dulce.
Comenzar aceptar las cosas que no nos gustan, no desde la perspectiva de aceptar que esta bien, sino aceptar me acompleja, entender por qué me desagrada cierta forma de ser, cierta parte de mi cuerpo. Es el primer paso para aceptar que existe ese algo de ti que te acompleja y quizá eso sea lo más doloroso y difícil para ti aceptarlo.
“Dicen que cuando crecemos nos duelen los huesos, y vaya si no dolían, pero era señal de que éramos personas saludables con un crecimiento correcto. Entonces, amarte a ti mismo por más doloroso que algunas veces sean es un crecimiento necesario tanto para tu ser interior como el exterior”